lunes, 2 de febrero de 2015

Foreing Housing London Odyssey: Part II

 Hace unos meses relaté el periplo que hay que sufrir en Londres para poder encontrar y alquilar un pisito y el enorme problema que hay con la burbuja inmobiliaria. Pero ahora me gustaría continuar con esa historia donde la dejé para hablar de los problemas que pueden seguir apareciendo incluso ya después de haber conseguido vivienda y estar viviendo en ella. Y es que el periplo continúa, debido a un sindicato mafioso que se ha instalado en Londres y que no tienen ningún tipo de regulación ni de control en la práctica (por mucho que en el papel parezca que sí) y que aquí se conoce como las States Agencies, pero que en el fondo no son más que otro negociazo administrado muchas veces de una forma bastante mafiosa.
                                                         CHAN, CHAAAANNNNNN!!!

 Como, a pesar de que nunca he sido periodista, ni nada que se le parezca, soy perra vieja –aunque aquí me haya sentido tratada de imbécil por mi falta de fluidez con un nuevo idioma que aún intento comprender-, sé lo delgada que es la línea cuando se escribe sobre hechos y personas concretas, y el cuidado que hay que tener con posibles demandas. Por ello, voy a relatar mi historia, que es para no dormir, siendo lo más objetiva posible, ciñéndome siempre a los hechos y a las pruebas que tenemos en nuestro poder. En resumen, voy a hablar solo de lo que puedo demostrar con documentos, por si se llegara a dar el caso.
 El anterior capítulo había acabado con nosotros encontrando un alquiler y un piso razonable al que mudarnos. Y eso hicimos.

 1 de Julio, tomamos, por contrato, posesión del nuevo piso. Y digo por contrato porque el día antes de tener que mudarnos nos llaman de la agencia y nos dicen que no podemos entrar el día 1 en el piso porque lo van a limpiar, que si nos importa entrar el 3. Les decimos que imposible y finalmente nos “permiten” entrar el día 2 por la tarde a nuestro nuevo piso. 
 Afortunadamente, nosotros con nuestros ex-compañeros de casa nos habíamos cubierto las espaldas y les habíamos dicho que oficialmente dejábamos su piso el día 5, para darnos un poco más de margen, menos mal.  Eso si, la cosa ya empezó bien.

 2 de Julio, mudanza durante la única semana de ola de calor que hubo el pasado verano en Londres. Aunque esto podemos decir que no fue culpa de nadie, solo nuestra típica suerte para estas cosas. Por lo demás, el resto del mes transcurrió tranquilo, si no contamos con el pequeño malentendido que tuvimos con la agencia y el dueño a la hora de que la compañía de banda ancha viniese a instalarnos la fibra.
 Resulta que aquí cuando quieres instalar el cable de fibra, una barra para colgar unas cortinas o clavar un clavo para poner un cuadro, para todo antes hay que tener el permiso del landlord. En el caso de la fibra óptica había que tener permiso porque muchas veces si no hay previamente fibra en el edificio es posible que te tengan que hacer un taladro en la pared para instalarla. Y a nosotros como siempre nos tocó llevarnos un susto por querer hacer las cosas bien. 
 Preguntamos a la agencia y al dueño (que supuestamente eran los mismos) si podíamos contratar la fibra, nos dijeron que si, siempre que no lo tirásemos a través del marco de la ventana (la pared del salón a la calle era todo ventanas). Así que con esas mismas bajamos a la tienda y contratamos el servicio (permanencia de un año). Pero el día antes de venir el técnico a casa nos dice la agencia que no nos pueden taladrar la pared, porque el dueño (dueño del piso, bloque y agencia) no está convencido de qué tenemos que hacer ¿¿Perdona??? Me dijisteis que sí, que no había problema, y yo ya he firmado un año con esta empresa… Respuesta de la agencia “Oh! No!” –frase que luego seguiríamos escuchando demasiado a menudo-.
 Al final, después del primer día de estrés, que vendría seguido de muchos, varios correos, llamadas y una visita a la agencia para resolver el “malentendido” todo quedó “aclarado”. De todas formas, después del lío, el anterior inquilino ya había tenido esa misma empresa suministrándole el ADSL y la toma ya estaba instalada en el piso, por lo que el día que vino el técnico fue tan fácil como conectar el nuevo router a la toma, y no hubo que llamar a nadie para preguntar por más permisos. Eso si, casualmente apareció por allí uno de los managers de la empresa y se paró a hablar con el técnico. Todo muy casual.

 Después de esto, el resto del mes de Julio transcurrió tranquilo. Empezaron a aparecer los problemas de los pisos que no habíamos advertido en las visitas previas antes de alquilarlo, pero dentro de lo normal. Los desagües del baño funcionaban fatal, el radiador del dormitorio no iba muy bien y era la habitación más fría de la casa, no podíamos cerrar la puerta de la entrada al salón porque si nó podíamos acabar atrapados por siempre jamás, o que la tarima flotante barata generaba mierda por sí sola cada 15 minutos. Pero bueno, al fin y al cabo lo típico de un piso de alquiler (de momento).

 14 de Agosto, comienza la fiesta. Recibimos una llamada del que se supone es el dueño de la agencia que nos alquila y de los pisos alquilados (error que no volveremos a cometer, aunque tengamos que pagar las famosas “fees” siempre es mejor que landlord y agencia sean cosas distintas). El señor en cuestión, llamémosle Sr. Ding…, nos dice que tenemos que ir urgentemente a su oficina a firmar un nuevo contrato, porque la empresa que le gestionaba las propiedades, con quien teníamos nosotros firmado el contrato de alquiler por seis meses, llamémosla Ding… Management Limited  ya no trabajan para él, no les están ni permitido entrar en la oficina, y que tenemos que firmar un nuevo contrato con su empresa directamente, en este caso Ding… Properties Limited.  Y no puede esperar, tenemos que ir urgentemente.

 Cuando mi compañero bajó a la oficina (yo iría varios días después) se encontró allí con el dueño, el Sr. Ding…, que ya tenía un nuevo contrato preparado para firmar al que solo le faltaba añadir las fechas, que posteriormente añadió a mano, y cerros de carpetas con más contratos de otros inquilinos sobre las mesas. La oficina estaba cerrada con llave, tenías que llamar y esperar a que el Sr. Ding… viniese a abrirte, y el resto de empleados con los que lo habíamos gestionado todo hasta el momento no estaban. Lo mejor fue que cuando mi compañero se puso a leer el nuevo contrato antes de firmarlo este hombre le dijo que no lo leyera, que era lo mismo, así de buen rollito. Disculpa pero yo no firmo nada sin leerlo, a ver.

 Después, pensándolo en frío te das cuenta de las prisas que tenía por hacernos firmar (todo esto fue en fin de semana) y que no habría pasado nada por esperar unos días para bajar a la oficina a ver qué estaba pasando realmente y que había pasado con “la otra empresa”. Pero en aquel momento lo único en lo que pensamos fue que a la semana siguiente nos ibamos a España por un mes (de vacaciones) y teníamos que dejarlo todo resuelto antes. Además, conocíamos al Sr. Ding…, era el dueño de la empresa y el landlord de los pisos ¿Por qué no iba a ser verdad, si nos estaba llamando a su oficina, la misma de siempre, el dueño de la empresa?

 Bueno, siguiendo con la historia, una vez que mi compañero le firmó el segundo contrato, este hombre le dice que también tenemos que firmarle un documento para que ellos puedan reclamar a la otra empresa que nuestro depósito, nuestra fianza, sea cambiado de una empresa a la otra en el Fondo de Protección. Aquí  los landlords tienen que depositar tu fianza en un depósito del gobierno llamado Deposit Protection Scheme, están obligados por ley. Le dice que podemos reclamar que nos lo devuelvan a nosotros y luego nosotros dárselo a él o que se cambie directamente de titular quedándose donde está. Y finalmente, le da la nueva cuenta bancaria donde, a partir del 1 de septiembre, teníamos que hacer los pagos del alquiler de nuestro piso.

 Esto fue un sábado por la mañana. El lunes bajé yo a la oficina a firmar también porque el jueves me iba para España, y mi compañero me seguiría dos semanas después. Además, nosotros le habíamos pedido a él que nos hiciese un documento diciendo que cualquier otro contrato firmado antes quedaba anulado por este nuevo y tuve que ir a la oficina varias veces hasta que me lo dio, redactándoselo a su secretaria delante de mi y firmándolo.

 Sobra decir que todos estos “documentos” los hemos conservado y tenemos intención de guardarlos de recuerdo durante el tiempo que vivamos en Inglaterra. Pondré muestras con extractos de los mejores momentos en este post. Así que, si aún sigues leyendo, no te los pierdas, que no tienen desperdicio.

 Nosotros pensamos que todo había quedado resuelto la mañana que yo me fui para España, y que solo teníamos que esperar a que la otra empresa nos devolviese el depósito para ingresárselo a este señor en la nueva cuenta que nos dio, que todo seguiría el curso normal a partir de ahí y que no había pasado nada, pero no. Nada más subirme yo al avión y apagar el móvil empezaron los problemas. Reaparece la otra empresa y la verdad sale a la luz.

 21 de Agosto, la otra empresa, la que nos había alquilado el piso, Ding… Management Limited, envía un correo a todos los inquilinos diciéndonos lo siguiente: Que los Srs. Ding… (Sr. y Sra. Ding…) están en proceso de separación, pero que mientras se celebra el juicio este señor tiene una High Court Injuction (nuestra primera toma de contacto con los términos legales británicos) que le prohibe gestionar las viviendas, por lo que nos piden que ignoremos todas las comunicaciones de este señor si se dirige a nosotros y que debemos seguir pagándoles el alquiler de la vivienda a ellos como hasta ahora. Además, nos recuerdan que nuestro depósito sigue seguro con ellos (algo que no pararían de recordarnos, que nuestro depósito seguía con ellos).

 ¿Cómo que si se dirigía a nosotros? ¿Y si nos había hecho firmar un contrato nuevo, qué?
 En cuanto mi compañero leyó el correo llamó corriendo a la agencia (mismo teléfono y misma oficina de siempre, pero esta vez le coge el teléfono una de las empleadas de la agencia que supuestamente, según este señor, ya no trabajaba para él. Les dice que en esos últimos días el Sr. Ding… nos había hecho firmar un contrato nuevo con él. Respuesta de la agencia “Oh! No!”. Le explican que el Sr. Ding… se había apoderado de la oficina durante la última semana y se había dedicado a llamar a los inquilinos para convencerles de firmar un contrato nuevo con él y de que le pagasen a él pero que realmente ellos tenían una orden judicial que le impedía gestionar la vivienda mientras que durase el proceso judicial de divorcio. Nos dicen que ese nuevo contrato que hemos firmado no vale y que tenemos que seguir pagándoles a ellos de momento. 
 Mi compañero, que ya no sabía a quién hacer caso, les dice que entonces va a necesitar que le envíen esa orden judicial para ver quién está diciendo la verdad y quién miente. Le mandan un documento de los abogados de la Sra. Ding… en el que nos indican que así es, con la referencia de la orden por si queremos llamar nosotros a la Corte y contrastarlo.

 Mientras tanto, por otro lado mi compañero intenta localizar al dueño también para ver qué está pasando, pero no hay forma de localizar a este señor en los siguientes días por ningún lado. Finalmente, mi compañero le dice a la agencia que de acuerdo, vamos a seguir pagándoles el alquiler del piso a ellos, dado que efectivamente esa empresa es la que de momento tiene el derecho a gestionar las viviendas y son quienes tienen nuestro depósito protegido. Les dice que nos vamos a España de vacaciones y que durante ese tiempo no queremos saber nada y que no vamos a pagarles ese mes hasta que volvamos del viaje. Nos mandan un documento diciéndonos que les parece bien.

 Con todo esto nos enteramos de toda la historia ya. Las casas son propiedad del Sr. Ding… y de su esposa, claro, y la empresa que nos alquiló a nosotros la casa y lo está gestionando es la empresa del hijo de la pareja, que en el juicio de divorcio está de parte de la madre, pero que hasta que no se dicte sentencia en noviembre (estábamos en agosto) y se repartan las propiedades, nosotros, a pesar del nuevo contrato que es totalmente nulo, debemos seguir pagando a los mismos.
 La cosa se quedó así durante el tiempo que estuvimos de vacaciones, pero sabíamos que en cuanto el Sr. Ding… viese que no le pagábamos a él, ibamos a tener historias de nuevo. Y así fue.

 1 de octubre, recibimos la primera carta amenazante del Sr. Ding… Nos dice que como no le hemos pagado a él, si no le pagamos en los próximos tres días va a iniciar los procedimientos legales para echarnos del piso. Nos amenaza con mandarnos una Section 8 Notice -la cual por supuesto nunca llegó, puesto que él estaba actuando al margen de la ley y no es lo mismo mandarnos una cartita a ver si cuela que un papel oficial-. Aquí en U.K. un landlord puede iniciar los trámites legales para desahuciarte después del segundo mes sin pagar. Tiene que comprar un papel oficial, rellenarlo y mandártelo para notificarte oficialmente que te va a echar. Ese papel es la Section 8 Notice, y es vinculante, por lo que si hace eso ya debe ir a la Corte para denunciarte. 
 El problema aquí es que este señor no tenía derecho a recolectar la renta de las viviendas porque había una orden judicial que se lo impedía, por lo que no podía denunciarnos, solo enviarnos cartas amenazantes e intentar aprovechar que igual como eramos extranjeros no sabríamos cómo iba el tema y decidiríamos salir corriendo. Porque él se había propuesto una lucha a muerte con la empresa del hijo y si él no gestionaba las viviendas prefería estar acosando a los inquilinos para ver si se iban o simplemente para causar problemas a la otra empresa.

 Pero sin duda mi parte favorita de esta primera carta es en la que dice que igual la otra empresa nos estaba persuadiendo con falsedades, cosa que solía hacer, para convencernos de que les paguemos a ellos y no a él. Es increíble porque, durante los meses que duró el proceso, la agencia nos mandó siempre los documentos legales que nosotros les ibamos pidiendo para demostrarnos que la situación era tal cual nos la estaban contando, mientras que este señor se dedicó solamente a acosar a los inquilinos, hacernos firmar un contrato inválido, y enviarnos incluso documentos incompletos, haciendo parecer que decían otra cosa, con tal de conseguir que nos fuesemos, que le pagáramos a él o simplemente por causar problemas a la otra agencia.
 Aquí os dejo esta primera carta de muchas:



 Llegados a este punto pensareis ¿por qué no nos pusimos a buscar piso y nos largamos de allí echando leches? Pues porque habíamos firmado un contrato por seis meses en julio y si nos ibamos antes perdíamos la fianza, que eran 1.920 libras
 Porque aún con esta situación tan desagradable que estábamos viviendo, la agencia no nos habría devuelto el depósito si hubiésemos decidido dejarles antes de tiempo. Así que, pasara lo que pasara teníamos que aguantar hasta diciembre.

 Por otro lado, también estábamos convencidos de que con todo lo que estaba haciendo este señor, saltándose las leyes a la torera, el juicio de divorcio podría ir mejor para su mujer y que la agencia al final podría seguir gestionando nuestra vivienda definitivamente, en cuyo caso no tendríamos que mudarnos. Porque buscar casa en Londres es un puto infierno. Así que decidimos aguantar.

 Lo que si hicimos fue escribir al Housing Advice, la oficina de la vivienda aquí en U.K., donde supuestamente te asesoran y, en teoría, pueden actuar de mediadores. Aunque luego resultó que en nuestro caso el asesoramiento fue parco y la acción no fue ninguna. Éstos nos dijeron lo que ya sabíamos, que todo apuntaba a que debíamos seguir pagando a la agencia que tuviese nuestro dinero depositado en el Fondo de Protección. 
 Pero sobre todas las cartas que recibimos del Sr. Ding… no se pronunciaron realmente. Les preguntamos si esto podía ser denunciable y no nos dijeron nada. 
 Los únicos que nos decían que podíamos denunciarle si nos acosaba era la otra parte, la agencia, y que era lo único que nos podían decir. Porque los empleados de la agencia lógicamente también pasaron lo suyo.

 Lo segundo que hicimos fue decirle a la agencia que nos cambiase la cerradura de casa. Porque visto que este señor no le importaba nada la ley, no queríamos llegar un día a casa y no poder entrar. No creo que hubiese pasado, porque eso si que habría sido un delito serio aquí, pero nosotros ya no nos fiábamos de nada. Por supuesto la agencia no tuvo ningún problema en cambiarnos la cerradura, lo cual ya nos terminó de confirmar que el derecho a gestionar la vivienda era suyo.

 13 de Octubre, nueva carta del Sr. Ding… En este caso adjuntaba la sentencia fotocopiada de un juez, a la que le faltaban hojas, y que según él lo que venía a decir es que las llaves de los pisos (no los pisos) le pertenecían y que teníamos que bajar a la oficina a entregárselas y firmar un contrato con él (la carta era la misma para todos los inquilinos). Pero al final lo que se deducía de todos los papeles incompletos que nos remitía en esa carta era que la oficina, la oficina de la agencia, le pertenecía al Sr. Ding. y que tenían que irse para que él tomase posesión de la oficina. Pero nada que ver con nuestros pisos ni nuestras llaves.
 Porque a todo esto, mientras que el Sr. Ding… recuperaba el local donde estaba la oficina de la agencia, se había montado otra oficina justo en el local de al lado, para joderles. Todo muy profesional, como podéis ver.

 8 de Noviembre, el incidente. Era sábado por la tarde. Nosotros esperábamos una comunicación oficial de la agencia o alguna otra carta disparatada de este señor en la que nos indicasen qué había pasado finalmente en el juicio de divorcio que había finalizado ese viernes  y qué iba a pasar con las casas, pero en lugar de eso recibimos una visita inesperada.

 Mi compañero estaba en el salón cuando de repente escucha que alguien está intentando abrir la puerta del piso y no lo consigue (claro, habíamos cambiado la cerradura), así que salió a abrir. En la puerta había un tio, uno de los esbirros del Sr. Ding…, que sin decir ni hola le pregunta con chulería -“¿Por qué no abren estas llaves?” (¿Perdona?¿Y tú quién eres? Lo primero ¿no?). -Pues porque nos ha cambiado la cerradura nuestra agencia. Y tú ¿por qué intentas abrir la puerta de mi casa sin avisar primero? Le contesta mi compañero. Y el tio coge y le suelta “Call the police!”. ¿Cómo?
 El hombre le dice que a él le había mandado su jefe a ver si las casas estaban vacías o no, que la casa ahora pertenecía a su jefe, el Sr. Ding…, y que él no era ningún ladrón. Que solo tenía que ver si había gente viviendo en los  pisos o no (Bueno ¿y si pruebas primero llamando al timbre?). Cuando mi compañero le dice que si no sabe que no pueden entrar en las casas de los inquilinos sin avisar de que van a venir con 24 horas de antelación el tio le vuelve a decir que “call the police” ¿? Menos mal que yo de esto no me enteré porque me estaba duchando. Porque seguramente con mi carácter menos calmado la habríamos tenido.

 Al final el hombre nos dejó una nueva carta del Sr. Ding... quien había corrido en notificar de esta forma a los inquilinos las viviendas que ahora ya le pertenecían, aprovechando que era sábado por la tarde y que ya no podríamos recurrir a la agencia en busca de explicaciones hasta el lunes, lo cual era su método habitual. Y así fue cómo nos enteramos de que por desgracia nuestro piso ahora si pasaba a ser gestionado ya por él definitivamente. La agencia en este momento nos tendría mareando durante diez días para confirmárnoslo definitivamente.

 Pero lo que es curioso de esta carta es que en ella nos dice que con fecha del 7 de noviembre de 2014 él pasa a gestionar nuestra vivienda, porque anteriormente, desde agosto de 2013 había una orden judicial que se lo impedía, y que los inquilinos tenían que bajar a firmar un nuevo contrato con él. Eso si, como había indicado en otra carta previa de octubre, en la que aprovechaba también para poner a caldo a la manager de la otra agencia, aunque ahora se le pagase a él, no iba a permitir quedarse a todo el mundo.
 Anexo la foto de este documento:



 Después de todo el acoso, del contrato falso para que le pagásemos a él, de las cartas diciendo que nos iba a desahuciar por no pagarle, ahora tenía las santas gónadas de mandarnos una carta diciendo que existía una orden de un juez por la que él no podía gestionar las viviendas desde agosto de 2013!!!
 ¿Y qué pasaba ahora con nosotros? Porque nuestro contrato con la primera agencia finalizaba en diciembre y habíamos seguido pagándoles a ellos esperando poder recuperar nuestra fianza y largarnos. Pero bueno, a las malas, bajaríamos a firmar con este señor para tener un tiempo de calma y buscar otro piso mientras. 
 Cual sería nuestra sorpresa cuando la mañana que decidimos bajar a hablar con él para firmar otro contrato, pagarle y quedarnos en el piso, el hombre nos la lió por última vez. 
 Nos dijo que no nos quería como inquilinos porque habíamos firmado un contrato con él en agosto y no le habíamos pagado ¿? ¿Me estás diciendo que de todos los inquilinos que tienes en todas tus propiedades te acuerdas perfectamente de lo que firmamos en agosto y los que no? Ya lo tenía todo preparado.
 Mi compañero sacó la última carta recibida suya, en la que reconocía que no podía pedirnos ningún pago de esos meses porque había una orden que le impedía cobrar y que, por tanto, el contrato que nos hizo firmar era ilegal. Y al preguntarle si esa carta era suya, el señor contestó, como si de la escena de una película de mafiosos se tratase, “Yo escribo muchas cartas”. Le insistimos en que ese contrato era ilegal y él nos insitió en que teníamos que haberle pagado a él desde agosto. Le insistíamos en que él no tenía derecho a recoger la renta esos meses y él nos insitía en que le teníamos que pagar a él esos meses. Y así la cosa se prolongó durante varios minutos. Varios minutos en la más absurda de las situaciones.

 Finalmente el Sr. Ding… decidió “apiadarse” de nosotros, fíajate qué majo, y nos dijo que si íbamos a la agencia, les decíamos que nos devolviesen el dinero de la renta de esos meses y se lo dábamos a él, entonces podríamos quedarnos ¿? ¿Y qué más, Sr. Ding…? Yo le dije que si tantos meses le debíamos por qué no nos había mandado aún la orden indicando que nos iba a desahuciar, que en el piso no nos íbamos a quedar pero que me mandase ya la notificación de qué día teníamos que dejarlo libre. Me dijo que si, que me la mandaba. Aún estoy esperando.

 Estaba claro que él necesitaba deshacerse de todos los inquilinos con los que había firmado los contratos ilegales de agosto porque sabía que podíamos meterle en problemas. Era mejor intentar echarnos y volver a alquilar las casas con gente nueva que no supiese nada de toda esta historia. Pero también sabía que, habiendo entrado en posesión de las casas el 7 de noviembre, no podía iniciar acciones legales realmente hasta pasados dos meses, en enero. Por lo que, desde que salimos de su oficina esa mañana, hasta que por fin nos mudamos, no volvimos a saber de él y, por supuesto, no nos mandó ninguna notificación.

 Después de esto, hablamos con la agencia para contarles lo que nos había dicho este señor, decirles que nos íbamos a ir en diciembre de la casa, que nos hiciesen la dichosa carta de recomendación porque nos poníamos a buscar ya (aquí cuando buscas casa, la agencia te pide una carta de recomendación de tu anterior landlord como condición), y que, dado que nosotros teníamos un contrato con ellos hasta diciembre, nos acogíamos a ese contrato, les avisábamos con un mes de que nos íbamos y las llaves del piso al irnos se las entregaríamos a ellos porque nosotros con este Sr. Ding… no teníamos intención de volver a tratar. Por supuesto, les dijimos que esperábamos la devolución de la fianza (que nos devolvieron cuando dejamos el piso porque, a pesar de todo lo que habíamos aguantado, no nos la podían devolver antes). 
 Eso si, gracias a esta desagradable situación, la agencia se comprometió a no cobrarnos el último mes que estuviésemos en la casa y ese dinero nos vino muy bien para la agencia de la casa nueva.

 De las oficinas del viejo Sr. Ding… nos fuimos directos a la comisaría con la intención de denunciarles porque habíamos tenido suficiente. 
 El problema fue que era sábado, 2 p.m., y que nos corría más prisa empezar a irnos de inmobiliarias para encontrar casa cuanto antes, porque estábamos a finales de noviembre y el 17 de diciembre nos íbamos a España para las vacaciones de navidad (si, había pasado todo el otoño con estos líos y ya era navidad)  y no queríamos seguir en este piso para entonces y tener que dejar todas nuestras cosas allí dos semanas. 
 Así que, pasamos de la denuncia y nos fuimos de inmobiliarias. El destino quiso que a las 4 p.m. encontráramos esta casa en la que estamos ahora. Pero esa es otra historia que ya contaré después porque también ha tenido lo suyo.

 Y seguro que después de todo esto os preguntaréis ¿por qué cuando todo esto empezó no dejamos de pagar a ambas agencias hasta que hubiesen resuelto los problemas entre ellos? Pues porque si hubiésemos hecho eso, no nos habríamos podido mudar después a esta casa. Porque lo primero que hizo nuestra nueva agencia fue llamar a la anterior para chequear nuestras referencias. This is London, baby! El hogar de las referencias para todo.

 Conclusión. En Reino Unido hace falta una ley efectiva que regule verdaderamente el negocio inmobiliario y sobre todo los abusos de las agencias en esta inflada burbuja.


 Lo que nos pasó a nosotros con los Ding… fue una situación única, pero las cosas que le pasan aquí a la gente buscando y alquilando viviendas dan para un libro. Y si no creéis que sea para tanto, esperad a mi siguiente post, la entrada en nuestro nuevo piso o cómo puede salir todo mal en un cambio de residencia.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Remembrance Day



In Flanders fields the poppies blow
Between the crosses, row on row,
That mark our place; and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below.

We are the Dead. Short days ago
We lived, felt dawn, saw sunset glow,
Loved and were loved, and now we lie
In Flanders fields.

Take up our quarrel with the foe:
To you from failing hands we throw
The torch; be yours to hold it high.
If ye break faith with us who die
We shall not sleep, though poppies grow
In Flanders fields.

 
   

jueves, 2 de octubre de 2014

Dime cómo están tus cabinas y te diré cómo es tu barrio

 El otro día paseando por Londres me encontré con esto, y he pensado que merece una reflexión:


 Resulta que a algún ingenioso vecino de Archway se le ha ocurrido reutilizar la cabina de teléfonos como jardinera. Supongo que lo habrá hecho para evitar que corra la misma suerte que otras compañeras suyas.

 La triste desgracia de las cabinas de teléfonos en Londres es que, con la llegada de la telefonía móvil, quedaron obsoletas, pero no pudieron ser retiradas con dignidad porque eran un fuerte estandarte turístico. Así que se han mantenido para que todos los turistas cuando llegan a la ciudad sepan dónde están y se puedan hacer la foto.
 El problema es que también están siendo utilizadas para otras cosas menos bonitas de percibir. Todo acto para el que se dice aquello de hacerlo detrás de un coche, aquí se podría asemejar a hacerlo dentro de una cabina telefónica. Principalmente son usadas por más de uno y de dos como urinarios públicos, vertederos de basura, etc.
 Por supuesto, no todas están hechas un estercolero, porque si no, menuda imagen ibamos a dar a los turistas. Las cabinas que se encuentran por el centro y los barrios de la zona principal de Londres están muy bien cuidadas, están impolutas, mientras que el resto quedaron abandonadas a su suerte.

 Lo único positivo que se puede sacar de todo esto es que son una buena referencia de la calle y del barrio. Así que, si te vienes a vivir a Londres y no conoces los vecindarios, a la hora de buscar piso, fíjate en cómo están las cabinas de teléfono, porque así será el barrio.
 Pero no te quedes solo con la apariencia, porque viejas están la mayoría. Me refiero a que te acerques, abras la puerta y percibas su interior. Puede ser toda una experiencia.

 Desde aquí un aplauso a ese vecino/a/asociación de/ que tuvo la brillante idea de reutilizar la cabina antes de que lo hicieran otros.

martes, 15 de julio de 2014

British Summer Time: Black Sabbath & Crazy Horse

 Los últimos dos fines de semana tuvimos el privilegio de asistir al festival BST en Hyde Park, y de vivir, entre otras cosas, lo que seguramente sea el último concierto de la historia de Black Sabbath.
 También tuvimos la ocasión de romper de nuevo la maldición que años atrás nos había perseguido en cada intento de ver a Neil Young, y disfrutar de Crazy Horse por segunda vez en el plazo de un año.
 Pero con todo esto, no sería honesto de mi parte si no relatara la experiencia explicando por qué, a pesar de los dos tremendos conciertos, me ha quedado un poco de insatisfacción después de todo ello.
 Será que soy un poco inconformista y que me gusta buscar la perfección en los grandes momentos.

 Empezaré diciendo que el que no haya estado en un concierto en U.K. no sabe lo borrico que puede llegar a ser el público aquí. Esto es para verlo.
 Cuenta la leyenda que durante los 80' y 90' en España también se llegaron a vivir los conciertos con demasiada efusividad. Pero como yo eso no lo llegué a conocer, lo que tuvimos que vivir aquí el día de Black Sabbath no lo había visto en España en mi vida.
 También es verdad que en U.K. es distinto de lo que cuentan que pasaba en esa España de hace 30 años. Aquí las botellas y la "violencia" no llegan al escenario, se quedan solo en la masa de público asistente.
 El problema es que si a esto le añades que es un festival en Hyde Park, con las entradas agotadas (unas 50.000 personas según la organización, según mi experiencia personal 200.000 por lo menos), porque Black Sabbath no habían parado de anunciar que este sería su último concierto para siempre, donde la gente llevaba cociéndose con alcohol al sol desde las dos de la tarde, y el pequeño detalle de que aquí parece que los fines de semana necesitan descargar la tensión de llevar el bolígrafo incrustado en el culo el resto de la semana... Pues no fue el ambiente más adecuado para disfrutar del gran concierto del día, la verdad.

 Durante las horas de Motörhead, Faith No More y Soundgarden, los incidentes se pudieron ir sobrellevando, a pesar del amor que tienen en este país a los pogos que te los lían hasta en las canciones lentas más insospechadas (hablo de Black Hole Sun, de Soundgarden), y a pesar también de la lluvia constante de botellas de plástico (de agua o vino) y de minis de cerveza que, en ocasiones, pueden no ser de cerveza precisamente. Según nos han comentado, aquí eso es una práctica habitual.
 Pero cuando llegó el gran momento la cosa se intensificó. Todos querían estar los primeros, y la mayoría, que iba bastante perjudicada ya, entraba en el último momento sí o sí, por encima de quien fuese. Así que hubo que retroceder para poder respirar.

 En cualquier caso, nuestra posición final no habría estado tan mal si la organización del festival hubiese hecho las cosas como es debido.
 El sonido fue tremendo, el grupo sonó como un trueno y Ozzy lo dio todo. Pero la imagen que nos llegaba desde las pantallas a ambos lados del escenario era esta:
  ¿Dónde está Ozzy? Siiiiiii... Detrás de la torre de altavoces que la organización montó en el escenario justo por delante de las pantallas gigantes... ¡Olé sus cojones!
 Así que, siempre que el cámara centraba la imagen, solo veíamos a Ozzy de cuello para abajo.
 Cada vez que se movía de un lado a otro del escenario, tú intentabas seguirle con tu cabeza y cuando ya le pillabas ¡pumba! El cámara centraba la imagen de nuevo.
 Eso si, el concierto fue tremendo. Es increíble que el Sr. Osbourne, gracias a todas sus tonterías habituales en el escenario, no aparenta la edad que tiene ni lo machacado que debe estar.

 Afortunadamente, la organización se dio cuenta del error y en los días posteriores reajustó la imagen para que la torre de altavoces no estorbara a los monitores. Pero el día de Black Sabbath, el único día que necesitamos mirar a la pantalla, nos hicieron bien la puñeta.
 Aún así, vuelvo a repetir, el concierto estuvo genial. En ningún momento pareció que fuese a ser el último concierto de su vida, no ofrecieron nada especial o diferente por serlo, pero sonaron impecables.

 La semana pasó y llegó el turno de Neil. Para mi, el concierto de este año.
 Que muchos pensarán cómo puedo decir esto habiendo visto una semana antes la despedida de Black Sabbath pero ¿qué quereis que os diga? Si yo con Crazy Horse no puedo ser racional. Pero por otro lado, es que dieron un concierto mucho más sorprendente, aunque les faltara una.

 Ese día se presentó bastante más tranquilo en cuanto a la audiencia que había poblado el parque. Hubo menos gente y la que hubo fue en otro rollo totalmente distinto. La tarde había transcurrido con el sonido de grupos bastante relajados y la gente disfrutando de un día de picnic por toda la explanada del festival.
 Finalmente llegó el turno del segundo cabeza de cartel del día, The National, un grupo bastante popy que aquí ha tenido mucho éxito, por lo que ví, entre las nuevas generaciones y las Juventudes Hipsterianas.
 No sabemos muy bien por qué, pero la gente lo vivía intensamente con cada canción, y a los fans de Neil Young se nos podía detectar fácilmente porque asistíamos estupefactos, sin ni siquiera pestañear, a la alegría colectiva de los jóvenes que se encontraban viendo a este grupo. No entendíamos muy bien dónde estaba ese sentimiento tan fuerte en esas melodías tan insulsas. Bueno, por lo menos para nosotros. Igual se debió al vino.
 De hecho, en uno de los momentos, nos miramos y comentamos que si a estos niños ese grupo les estaba pareciendo la hostia, cuando saliesen los viejetes que venían detrás lo iban a flipar con la caña que iban a meter.

 El caso es que no quisiera meterme mucho tampoco con estos jóvenes, ya que ese día me hicieron el mejor regalo del mundo.
 Al acabar el concierto de The National, se fueron todos para afuera cual estampida, imagino que a cenar, beber, aseos, etc, y yo, habiendo llegado a Hyde Park solo hora y media antes del gran concierto del día, fui escalando puestos hasta colocarme prácticamente delante, y pude disfrutar del show de Crazy Horse desde una posición privilegiada en esa inmensidad de explanada.
 Por eso, desde ese día, mi amor incondicional a las Juventudes Hipsterianas. Y mis deseos de poder compartir muchos más festivales con ellos.

 También ayudó bastante a esta deserción el hecho de que mientras esperábamos para que comenzara el concierto de Neil se pusiera a llover, nada de importancia, una nube pasajera de diez minutos que hizo que se "limpiara" aún más el ambiente. No todo el mundo estuvo dispuesto a aguantar el chaparrón porque tampoco en ese momento debían de ser conscientes de lo que iban a ver.

 Lo que me llamó mucho la atención fue que mucha gente, a pesar de estar aún apretados entonces, empezó a abrir los paraguas. Si. Aquí te dejan meter un paraguas en un festival. No lo consideran un arma de agresión como en otros sitios y no te lo requisan a la entrada. Fue curioso.
 Además, menos mal que dejó de llover a tiempo y la gente los guardó, porque si no, no habríamos podido ver nada y entonces si que más de uno habría acabado con el paraguas incrustado en alguna zona de su anatomía.

 Afortunadamente escampó y Crazy Horse, con el tio Neil, salieron a darnos lo suyo, como solo ellos saben, y el set list, como siempre, fue una auténtica sorpresa improvisada.
 Entre las perlas que tocaron para nuestro gozo, tengo que resaltar Barstool Blues, una canción del Zuma que no tocan nunca, y que a mi me encanta berrear siempre por casa a los cuatro vientos, por lo que me dieron una gran alegría, así como Down By The River, que tampoco la sacan nunca a escena, y que fue un privilegio poder escuchar en directo. Además esta última se la dedicaron a su colega Billy Talbot, que no pudo estar con nosotros porque hace dos semanas sufrió un derrame cerebral leve y se está recuperando.
 Sin duda el concierto fue mejor que el que pudimos presenciar hace ahora un año cuando vinieron presentando el Psychedelic Pill. Ya que en esa ocasión, a pesar de que el nuevo disco era increíble, no dejaba mucho hueco en directo para los grandes clásicos que, al ser nuestra primera vez, queríamos escuchar.

 Aún así, a pesar de haberles podido ver por segunda vez, todavía me sigue faltando una más, aquella en la que por fin me toque a mi la china de poder ver en directo a Neil Young & Crazy Horse tocando mi canción favorita en el mundo, que no es otra que Like a Hurricane. (Aquí la enlazo con el video del Rust Never Sleeps, que para quien no lo haya visto, es para verlo).

 ¿Cómo puedo tener este gafe encima? No lo sé. Pero haber visto a Crazy Horse dos veces y quedarme de nuevo esperándola me pesa cada día más. Porque ya no sé si podré conseguirlo. Espero que si, que a la tercera tenga esa suerte. Ahora me queda rezar para que pueda haber una tercera, que los planetas se alineen, esten los cuatro sanos y por fin suceda.

 Y no es que no la estén tocando, no. En cada concierto, se monta el escenario y se cuelga el órgano junto a los focos, y ahí se queda, hasta que llega el momento de esa canción y desciende para que Frank "Poncho" Sampedro haga su parte con él.

 Para los que no sabéis de lo que hablo, aquí dejo la foto.
 En cada concierto, lo traen, lo montan, lo suben, y ahí espera durante todo el show. Pero las dos veces que les he visto, ha estado y al final, nada. El concierto ha terminado sin más.
 Entonces lo bajan, lo desmontan, lo guardan, y hasta la próxima.

 Así yo estuve todo el concierto mirando hacia arriba a ver si bajaba entre canción y canción, pero nada. Y al acabar, a guardarlo.
 Se ve que el pasado sábado no tenían el día tampoco para esta canción.
 Pero yo no perderé la esperanza hasta que lo consiga. Esto se ha convertido en una auténtica obsesión.





 Por este motivo, el mejor concierto de Crazy Horse, con el que ni habría sido capaz de soñar, solo pude disfrutarlo mientras duró. Después, en el recuerdo me ha quedado esa sensación de inconformismo.
 A pesar de todo, qué grandes son y cómo les quiero.



 En próximas entradas, prometemos más cosas positivas. See you soon. As soon as possible. 



 

 



 


 


 

jueves, 12 de junio de 2014

La búsqueda de piso o la Foreing London Odyssey

 Buscar un piso en Londres es una auténtica batalla, sobre todo si añadimos el inconveniente de ser extranjero en tierra extraña y la enorme burbuja inmobiliaria que en estos momentos experimenta la capital de Europa.
 Poder conseguir un piso para una sola persona es algo totalmente impensable (a no ser que ésta ya tenga cierto estatus laboral reflejado en su nómina cada mes), por lo que la mayoría de la juventud de Londres, y los no tan jóvenes, se ven obligados a rentar una habitación y compartir piso con otros tantos durante años.
 En cierta forma, hasta aquí todo estaría dentro de lo normal. Esto es lo que podría pasar en cualquier capital del mundo. Pero lo que hace distinta la situación en Londres es la cantidad de dificultades con las que hay que lidiar para encontrar un piso incluso pudiendo pagar la renta del mismo sobradamente.

 Antes de venir para la Gran Ciudad uno echa sus cuentas y sabe por cuanto valor al mes puede buscarse un piso de alquiler, de un dormitorio y en un barrio decente. Ve que las cuentas le cuadran tranquilamente por lo que se viene y comienza a buscar. Pero con lo que no cuenta es con el problema más importante, la inmobiliaria.

 Nosotros cometimos el error de empezar mirando por inmobiliarias sin saber que aquí no funcionan como en España.
 Aquí las "Real Estates" viven exclusivamente de la burbuja sin preocuparse de nada más.
 Tu llegas, les explicas bien lo que estás buscando (un piso de un dormitorio, por x presupuesto a la semana -aquí se estila poner los precios por semana-, en x zonas de Londres y amueblado), y ellos hacen una de estas dos cosas:
 1.- Mandarte todo lo que tienen sin ningún tipo de filtro y haciendo oídos sordos a lo que les has pedido y ya lo miras tu. Que para eso te pones a buscar tu por tu cuenta en webs y no les necesitas para nada.
2.- Intentar colocarte la mierda que no quiere nadie, porque como eres extranjero se piensan que no tienes ni puta idea de la ciudad.
 Esta última es la que más molesta. "-¿Eres de fuera? Ah, pues voy a enseñarte casas en este ghetto de aquí".
 Claro, con la demanda exagerada que hay, las casas buenas se colocan solas y las inmobiliarias tienen que intentar quitarse lo demás de encima.
 Lo que puedes hacer en este caso es coger al agente inmobiliario y decirle "Lo que no le enseñarías a un inglés no me lo enseñes a mi". Él no te hará ni caso, porque no te escuchan, pero tu te quedarás muy a gusto.

 A todo esto hay que añadirle que cuando los de la inmobiliaria te ven entrar, extranjero y sin tener mucho control sobre el idioma, directamente tienden a tratarte un poco como si fueses a pedir limosna, como si llegaras con una mano delante y otra detrás o fueses tonto por no dominar el idioma.
 Por otro lado, aquí tienen un problema bastante importante con el tema de las apariencias. Es muy importante en Londres la imagen que das a los demás, son muy... "formal", digamos. Aquí si vas a una entrevista de trabajo tienes que ir vestido como si no necesitases trabajar en toda tu vida :)
 Por ello, no os sintáis mal si lo primero que hacen los de la inmobiliaria cuando os vean pasar es echaros una mirada de arriba a abajo, como intentando calcular qué clase de persona eres, si un inmigrante muerto de hambre o un gentleman.
 Después por supuesto, ya te hacen una encuesta personal para ver de qué trabajas y cual es tu presupuesto. Si no tienes trabajo, olvidate.

 Te preguntan lo que estás buscando y por cuanto pero luego realmente les da igual, te intentan colocar todo lo que tienen, entre en tu descripción o no.
 En uno de estos sitios, le dijimos a la chica que nos atendía que queríamos algo por 300 a la semana como máximo (eso aquí por un piso de un dormitorio es más que de sobra, aunque ellos te digan que no) y la chica nos enseñó un piso horrible, en un sótano, por 325 a la semana. Mi compañero le dijo que no, que se pasaba de nuestro presupuesto y la chica, ni corta ni perezosa, le contestó que con el dinero que él ganaba al mes se lo podía permitir... ¿Perdona??? Me lo podré permitir, pero no me sale de los huevos...
 Y eso amiguitos es lo que yo, en cualquier otro momento de mi vida, le habría contestado con ese punto borde que Dios me dió, pero aquí con el hándicap del inglés solo pude quedarme ojiplática.

 En otra inmobiliaria, esta muy pija por cierto, pensamos que nos iban a enseñar casas mejores, por lo menos reformadas, y si, pero de nuevo en la zona chunga y del recoleto tamaño de un zulo.
 En esta, el chico que nos atendió me dijo que o subíamos nuestro presupuesto o ibamos a tener que mirar por otras zonas más baratas, y me quiso concertar otra cita en ese momento para enseñarme pisos por otra zona, que tampoco le habíamos pedido, y que estaba en una especie de isla incomunicada del transporte público, tan importante en Londres. Así que le dije que ya lo miraba yo tranquilamente y le llamaba. Ya te llamo yo, si eso. Que es como decir esperame sentado.

 Así las inmobiliarias, más que buscarte casa, lo que hacen es llenarte el correo de spam y el buzón de voz de llamadas, con casas que o están por encima de tu presupuesto o están en esas zonas chungas donde ya les has especificado que ni de coña quieres vivir. Es un acoso constante.
 Por ello, lo mejor es empezar a mirar directamente por tu cuenta en webs como Zoopla, Rightmove o Gumtree, que te permiten hacer los filtros necesarios según lo que estés buscando, y llamar a las inmobiliarias que tengan esas casas para concertar las visitas.
 Eso si, a nada que veas una casa que te guste ya puedes perder el culo a llamar, porque la habrás visto tú y 200 personas más, así que vuela.

Lo peor es que mientras que unas inmobiliarias nos decían que ese presupuesto era muy bajo para lo que buscábamos, en otras nos decían que estaba muy bien. Pero todos nos enseñaban las mismas mierdas y nos empezamos a desesperar. Solo estuvimos buscando casa durante 10 días, pero nosotros es que nos desesperamos con cualquier cosa.

 Lo malo de la mafia de las inmobiliarias es que, aunque te busques el piso por tu cuenta, todos los anuncios publicados van a través de estas pequeñas bastardas, por lo que al final, tendrás que acabar pagándoles su correspondiente comisión por la casa con la que te quedes.
 Trabajo de la "real estate", colgar el anuncio en estas webs y concertar la visita, y a cambio pueden llegar a llevarse de tu bolsillo hasta 400 pounds en concepto de "fees", más lo que se lleven del bolsillo del propietario por el otro lado.
 Negocio redondo. Vente a Reino Unido, móntate una inmobiliaria y espera sentado a que el dinero se haga solo.

 Lo increíble de todo el asunto es que cuando al final encuentras el piso que quieres, y corres a la agencia para decirles que te lo quedas y pagarles la señal, antes de que otra persona se te adelante y te lo quite, ellos empiezan entonces con los papeleos, que son un estudio exhaustivo de tu solvencia económica en el que te pueden pedir que aportes toda clase de documentación o en el que, si te ven extranjero y con "poca" solvencia económica, te pueden llegar a pedir que les pagues hasta 6 meses de alquiler por adelantado. Si, si, hasta 6 meses.
 Estos trámites pueden parecerse a los que cualquiera tiene que hacer a la hora de pedir una hipoteca, pero recordemos que aquí lo que vamos a hacer es rentar un piso, no comprarlo. Es de locos.

 Nosotros al final tuvimos suerte con nuestra agencia y no nos van a pedir nada por adelantado, pero para ello tuvimos que presentarles el contrato de trabajo de mi compañero, los extractos bancarios de todas nuestras cuentas para que viesen el dinero que tenemos ahorrado, cartas de recomendación del trabajo, trabajos anteriores y, como yo no trabajo ahora, de la academia de inglés en la que estoy estudiando (el tema de las referencias aquí es también para morirse), además de una carta de nuestro actuales landlords -caseros-, que en nuestro caso son los dos chicos con los que hemos compartido casa estos dos primeros meses. Y todo esto, ellos se lo estuvieron revisando a conciencia, llamándonos cuando tenían alguna duda con algún extracto, etc. Fue como una puñetera investigación de Hacienda.
 Aún así, desde el primer día que entramos por la puerta de esta agencia, ellos se preocuparon mucho por el hecho de que yo no trabajase, sin preguntar cuánto dinero ganaba mi compañero, que igual nos da de sobra y yo no necesito trabajar y me puedo dedicar al arte o a "mis labores".
 Finalmente, terminaron convenciéndose de nuestra solvencia y dejaron de querer ponerme a mi a currar. Pero desde ese primer día nos dejaron claras las condiciones, que incluían poder pedirnos esos 6 meses de adelanto como seguridad de nuestros pagos.

 A pesar de todo, nuestra agencia está muy bien, porque no es otra empresilla que vive de la burbuja sin hacer nada, ellos son los propios landlord de las casas que alquilan, por lo que no hay intermediarios, cualquier problema que tengamos lo trataremos directamente con ellos, además de no cobrarnos la famosa "fee" que nos habría pedido cualquier inmobiliaria por estar allí para abrirnos la puerta del piso el día de la visita básicamente.
 Tampoco tenemos que llamar a las compañías de electricidad, gas y agua -que está muy bien-, porque los recibos van a nombre de esta agencia y nosotros les pagamos los gastos a ellos dentro del precio cerrado del alquiler. Porque lo de tener que estudiar con qué empresa de gas o luz contratar... aquí es otra historia.
 Por otro lado, las duras condiciones que esta agencia pone a sus arrendados nos asegura que no se va a meter cualquiera a vivir en estos pisos, por lo que, en teoría, será un bloque seguro y tranquilo en el que vivir.

 Al final hemos conseguido quedarnos aquí, en el barrio que tanto nos gusta, por el dinero que nos propusimos, a pesar de todos los intentos de las inmobiliarias por hacernos claudicar en nuestra búsqueda y querer colocarnos lo peor, y cierto sentimiento de humillación que se te queda al ver cómo te han estado prejuzgando por ser extranjero, y en mi caso, extranjera, sin saber inglés para mandarles al cuerno con educación, y sin trabajo.

 Lo que quiero que quede claro es que encontrar piso en Londres no es difícil, cada día se publican cientos de anuncios nuevos. Lo difícil es encontrar el que te convenza al 100% y que no te lo pisen.
Eso si, un pisito de un dormitorio por este tamaño, que en Madrid sería algo difícil de alquilar, aquí es de lo mejor que había.
 Lo importante es buscarse una casa compartida los primeros meses para poder hacer la búsqueda del piso definitivo con tranquilidad.

 Igual en un tiempo nos aburrimos de vivir en este barrio, que es como un pueblo dentro de Londres, pero con infinidad de cosas que hacer; igual nos apetece vivir en algo más cosmopolita, (mi ilusión es acabar viviendo en la zona alegre de Notting Hill), pero de momento esto es perfecto.
 ¿Podríamos haber encontrado algo más grande o más barato? Si. Pero a saber dónde.
 Hay que pagar la burbuja.

 En próximas entradas... Crouch End: Un buen barrio para empezar.




domingo, 25 de mayo de 2014

Sequence Shot: Desde Londres con amor

 Así es. Durante los próximos años este plano secuencia pasa a convertirse en un sequence shot, o long take, que es lo mismo pero en inglés. Desde Londres con amor, retransmitiendo en directo desde la capital del United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland.
 Para que se note que estamos aquí os dejo esta fotico nada típica, realizada directamente con el móvil y esa maestría que Dios me ha dado:

 Cansados de la vida mundana, hemos decidido recoger los bártulos y poner rumbo al norte, a tierras sajonas. Pero no está siendo fácil. La verdad es que esto podría dar para una serie que estaría entre "Primos Lejanos", "Arriba y abajo" y "The Walking Dead". 
 Por suerte encontramos un blog que es como la bíblia de todos aquellos españolitos que salimos a conocer mundo con la boina aún bien apretada. Se llama Diario de un Londinense y nos está ayudando bastante. 
 Yo si no hubiese sido por esta web habría sido incapaz de poder solicitar vía telefónica (la única vía por la que se puede hacer) la cita para conseguir el NIN, por ejemplo. Y no, en la Gran Bretaña, NIN no son las siglas de Nine Inch Nails (grupo al que por cierto vi aquí este viernes pasado, pero esa es otra historia). NIN aquí significa National Insurance Number, que no es otra cosa que el numerito de la Seguridad Social que necesitas para vivir y ser ciudadano aquí, basicamente para tener tu médico y poder buscar trabajo.

 Resulta que los británicos tienen un sentido del humor muy peculiar para estas cosas de los trámites burocráticos cuando eres un extranjero recien llegado y con leves conocimientos del inglés.
 Necesitas sacarte el numerito, PERO para ello solo puedes concertar cita vía telefónica, PERO para que te cojan el teléfono debes llamar con un número británico, si llamas con tu número español o de donde sea no te lo cogen. Os preguntaréis por qué. Pues porque para darte el númerito necesitas demostrar que ya estás residiendo en Reino Unido (de hecho cuando vas a la oficina te piden una "prueba de domicilio", cualquier factura a tu nombre que demuestre que tienes domicilio aquí).  
 Así que lo primero que hay que hacer nada más llegar a Londres es tener un sitio donde quedarse unos meses, ir a una compañía telefónica y hacerse una cuenta de móvil británica y que te manden la carta de tu factura a ese domicilio. O también puedes ir a un banco y abrirte una cuenta y esperar que el banco te mande la primera carta a casa como prueba de residencia. Pero el móvil inglés lo necesitas igualmente para llamar a esta gente y que te lo cojan ;)

 Después está "la prueba de la llamada". El operador que te atiende al otro lado te hace un cuestionario de preguntas antes de darte la cita y si no le entiendes bien, le preguntas dos veces que si te puede repetir, tardas dos segundos en contestar, o él no te entiende bien a ti, en el mejor de los casos te dice que llames en otro momento (dándote a entender que llames cuando sepas inglés so ignorante), y en el peor de los casos simplemente te cuelgan sin más :D

 Pero gracias al cielo que existe la web que os comento, donde tienen colgado un texto con toda la conversación y las preguntas con las respuestas punto por punto que te hace el operador. Así puedes utilizarlo a modo de guión para realizar la llamada, que fue lo que hice yo. Y aún con esas, tuve que llamar dos veces, porque la primera teleoperadora que me tocó se saltó varias preguntas de la lista y a la segunda vez que le dije "what?" ya la chica se puso borde. Eso si, yo antes de que me cuelguen cuelgo yo con dos cojones. Colgué, respieré hondo, me repetí para mis adentros "¡Venga, que tu puedes!" y volví a llamar. Y a la segunda me tocó una mujer super maja a la que entendía perfectamente ¡Yeah! Cita concertada.


 Eso si, el día que fui al "Job Center" para la cita el hombre que me atendió fue otra historia... Pero por lo menos a las malas, cuando llamas para pedir la cita, puedes pedir que haya un traductor para tí ese día, pero yo no lo dije :)
 El hombre no entendía el concepto de "unknown father" para rellenarme los datos. Yo le decía que mis apellidos son los dos de mi madre, que no tengo padre, y el hombrecillo me preguntaba "Your father died?", y yo le contestaba "Que no hay father, leñe", pero le costó, le costó. También debo decir que el tio este tampoco era británico y trabajaba en el Job Center con un inglés muy parecido al mío... La suerte que tengo con todo. 
 Aún así, hasta que no me llegue el papel a casa (tardan un mes en enviártelo) y vea que me lo han puesto todo correctamente, no las tengo todas conmigo.

 Por otro lado está el tema de la búsqueda de casa, que ya comentaré en próximas entradas cuando lo tengamos todo finalizado. Pero todo esto me está recordando a Astérix y Obélix en la casa burocrática romana en la película de "Las doce Pruebas". Aquí lo enlazo, por si no lo recordáis:


 Menos mal que todo no ha sido malo este primer mes. También hemos tenido momentos curiosos.
Como el descubrimiento de lo que los british consideran que es la auténtica paella española... con chorizo...

  No la hemos probado. Nos da miedo catarla y que se nos tapone una arteria. 

  Lo que peor llevas cuando te mudas a un país extranjero sin conocer el idioma es que haya gente que te trate como si tuvieras algún tipo de retraso mental simplemente porque no hablas su idioma. Aquí no te hablan más alto pensando que igual así les vas a entender y contestar, como haríamos en España, directamente te tratan como si fueras imbécil :)
 Pero luego también hay británicos majos, solo que de momento nos está costando más encontrarlos. De hecho, ellos tienen un chiste muy típico que les define perfectamente: "Los que saben dos idiomas son bilingües, los que saben tres idiomas son trilingües y los que solo saben un idioma son ingleses".
 Así que, con paciencia.

 En próximas entradas: Cómo viajar por el metro de Londres en hora punta y no morir pisoteado, El santo Job en Londres y su búsqueda de casa, y En el terrorífico mundo de los dulces saturados en cada esquina.






 

 

 


 
 

sábado, 29 de marzo de 2014

DUNE. O cómo triunfar siendo un joven empresario.

 Recientemente he visto Dune, con dos cojones, y he vivido para contarlo.
 La película fue dirigida, en segundas elecciones, por David Lynch, que es un señor que ahora canta y graba discos, pero que antes fue uno de los mejores directores que ha pisado la tierra.
 Digo que fue el segundo elegido para llevar a cabo esta adaptación de la novela de Frank Herbert porque antes de él se lo habían ofrecido al artista chileno Alejandro Jodorowsky.
 El problema fue que cuando los productores vieron lo que Jodorowsky estaba haciendo con el guión no quedaron muy convencidos y decidieron buscarse a alguien más convencional y menos surrealista. Pero como no había ninguno disponible, no les quedó más remedio que dárselo a Lynch y apretar el culo.

 Cuando llevaba unos 5 minutos de visionado, salió una especie de Bob Esponja gigante en una bañera portátil y ya me perdí con el argumento. Pero como vi que la cosa prometía, decidí continuar hasta el final. Versión extendida, además.
 Lo único que no llegué a enteder muy bien de la peli fue quién se iba a creer que Sting interpretara a uno de los malos, con esa cara. Pero en fin, eran otros tiempos, antes de las canciones solidarias y el amor por los animalitos.

 Bueno, si una cosa te deja bien clara la película es que existe una especia, La Especia, que es la que lo trae todo liado, porque parece ser que tiene a todo el mundo enganchado.
 Al final de la película queda todo más que entendido, por supuesto. Es uno de esos films que hay que dejarlos fluir y hacer un acto de fé en que al acabar todo quedará explicado y puesto en su sitio.
Yo recomiendo a todo el mundo que eche la tarde de un sábado cualquiera viendo este peliculón, y dejo aquí este breve resumen (¡¡Atención!! Contiene spoilers) por si después os cuesta un pelín encontrarle el sentido.
El caso es que Dune va de un monstruo Esponja, parecido a Babidi (o era Bibidi), que está enganchado a una "especia". Por si no os acordáis de cómo era Babidi, era este: 

  Este monstruo-esponja, yonki de la especia, crea guerras entre todos los planetas pertenecientes a la Federación de Comercio -que son cuatro, cada uno con un representante, una especie de CEOE, pero mafiosa y corrupta, nada que ver con la nuestra-, para ver quien se la suministra al mejor precio.
 Entonces llega un tío que quiere poner el negocio de la especia por lo legal (pagar la cuota de autónomos, legalizar a los trabajadores, pagarles sus horas extras, sindicarlos, etc). Y claro, los demás comerciantes se unen para arruinarle el negocio.

 El problema principal es que cuando todos los comerciantes llegan al planeta de la especia, se pillan un ciego descomunal, se les chinan los ojos y acaban pensando que tienen poderes. Porque en el fondo, es muy duro ser camello. Al final todo el que pasa acaba pillando un poquito para él.
 Por otro lado esta el problema de los gusanos. Son los que producen la especia, que debe ser o mierda de gusano o sus huevas, una de dos. No lo aclaran muy bien en la peli, pero ninguna de las posibles respuestas a de qué parte del gusano sale la especia es apetecible.

 El tío legal, a pesar de ser el que más se china de todos con el tema de "los poderes mágicos", también es el que más consume con la gente del planeta, por lo que llega a hacerse muy amigo de los empleados, que trabajan explotados en cuevas cultivando y recogiendo la especia. Así que les convence para formar un sindicato y luchar contra los otros comerciantes.
 Al final, triunfa definitivamente al conseguir hacerse con un sistema de riego de lo más económico para su cultivo de especia y ganar la guerra de precios. 
 Machaca a la competencia y se convierte en El Dios de la Especia. FIN.