miércoles, 2 de noviembre de 2011

Las Pedaleras de Wilco


Lo único que diré con respecto al concierto de Wilco ayer en el Circo Price de Madrid es que fue todo un derroche de talento, emociones y de medios. Algo espectacular.
Pero si quereis leer una crónica de lo que fue el concierto, con el análisis de canciones y músicos, tendreis que buscaros una crítica profesional, de un medio especializado, porque yo no me dedico a eso. Yo me limitaré a comentar los entresijos y a dar algún consejo útil.

En mi vida he visto más pedales ni más cambios de guitarra en un concierto.
Sin duda, el que anoche sudó la gota gorda de verdad fue el roadie que le iba pasando las guitarras a Jeff Tweedy. Y menos mal que por lo menos Nels Cline, el guitarrista que parte la pana, se las apañaba solo y siempre las tenía a mano. Porque si hubiesen tenido que estar pasándoselas también a él, es posible que allí hubiese muerto alguien de servicio a falta de un día para jubilarse.

Pero más allá de las frivolidades me gustaría hablar de las horas que pasamos de pie para pillar primera fila y escucharlo después tirando a mal.

Si alguna vez teneis que ir a un concierto al Circo Price tened esto en cuenta. Los altavoces están colocados muy altos, desde el techo hacia abajo, por lo que estando en primera fila la voz de Jeff no la escuchábamos por ellos, sino directamente desde el escenario. Por lo que en más de una ocasión se escuchaba muy por debajo de la música o directamente no se oía.

Por el contrario, hacia atrás y en las gradas del fondo se debió escuchar todo compacto y perfecto. Lo cual con este grupo, más que con ningún otro, debió de ser la locura. Y así lo expresó el público.

Así que ¿para qué tantas horas haciendo cola, viendo a los teloneros y entreteniéndonos con el desmontaje y montaje de escenarios? Para estar en primera fila, si. Para verlo de puta madre, también. Pero para escucharlo como se debe escuchar a Wilco, como nos merecíamos, ya no.

Por otra parte, también me jodió un poco que de mis dos discos favoritos (Wilco The Album y Sky Blue Sky) solamente tocasen una de cada. Por lo menos del A Ghost is Born tocaron más.
Así que bueno, para la próxima vez que vengan procuraré escuchar más los otros discos.

Lo que me preocupa es que llegue el día en el que se conviertan en una de esas bandas que agotan las entradas en 1 hora y no podamos volver a disfrutarlo. Que de repente a la gente le da la fiebre por algo... y a la mierda!
Por lo menos espero poder verles una vez más, con todos los discos resabidos ya, para que no me importe si tocan más o menos, y con el sonido en condiciones.

A pesar de todo, ver a este grupo en directo es una experiencia única. De la misma forma que es única la sensación de emoción que producen sus canciones.

Para acabar tengo que decir que locos nos quedamos con el estandarte-búho que pestañeaba. Ya me gustaría que alguien me contase la historia que hay detras de semejante elemento, aunque creo que puedo imaginármela.
Después me fijé que las cintas que usaba Jeff Tweedy para colgarse las guitarras todas llevaban motivos con este mismo ave. Serán sus historias.
Por lo menos sirvió para entretenernos durante la espera.

A fecha de hoy no sé qué más decir. Porque aún me duelen los pies de la experiencia.
Igual el problema también estuvo en que llevabamos ilusionados, esperandolo, con las entradas en la mano, más de medio año y las expectativas estaban muy altas. Para luego llegar, que Wilco te de un conciertazo, pero tu solo lo escuches a medias... No sé.

Y así nos han dejado, suspirando hasta la próxima vez.

Hasta entonces, aquí dejo un video de Wilco -en otro sitio- tocando Impossible Germany para que veais al búho :)