jueves, 19 de abril de 2012

Reflexiones: Citologías. Esa gran incógnita para los hombres.

De nuevo aquí.
He vuelto para relataros mis planes de mañana. Así contrapeso, contrarresto, equilibro un poco el blog para que no os creais por mi entrada anterior que soy una futura suicida, ni nada por el estilo.
Antes os abrí un poco las puertas de mi corazoncito y ahora os abro también las puertas de mi..., bueno, de otro sitio mio que anda por ahí, más al sur.

Y es que mañana voy a hacerme una citología, que ya me iba tocando (o no, porque con esto no se ponen muy de acuerdo en el colegio médico).
El caso es que no tenía nada mejor que hacer un viernes tarde y me dije ¡Venga! Vámonos al centro de salud, mientras que todavía sea gratis.

El tema es que ahora estaba preparando el papel con la cita, me he encontrado con las "recomendaciones" previas a la prueba, que debí leer en su día así por encima, ya que algo me sonaba, pero no debí prestarle mucha atención, porque ahora acabo de releerlas y estoy un tanto desconcertada...
Por lo que necesito comentarlo, punto por punto, a ver si alguien puede aclararme algo.

1.- Acudir con la hoja de solicitud y resultado de citologías anteriores.
Empezamos bien. Podrían, por favor, levantar la mano todos aquellos que hayan acudido alguna vez a realizarse una analítica o una prueba médica, se hayan dejado la hoja de la cita en casa (en el cajón de los papeles que todos tenemos), en el coche, en el bus, en el suelo de algún sitio, en algún lugar, y aún así le hayan dicho en el centro médico eso de "no te preocupes, pasa, pasa". ¿No? ¿Nadie? Pues eso.
Por otro lado ¿resultados de citologías anteriores? Si claro, las voy coleccionando. La citología anterior me la hicieron hace unos cinco años, porque como no se ponen de acuerdo, cuando pregunto si me toca ya, me dicen -Noooo, tranquila, si estás bien no te toca hasta puff, más tarde. -Ah, bueno, ya me quedo más tranquila. Pero ¿y cómo se yo si estoy bien si no me la hacen? Pues imaginándomelo, claro.
Encima deben presuponer que tengo un síndrome de Diógenes galopante y me colecciono, guardo y archivo todos los papeluchos que me han ido dando desde mi primera cartilla de vacunación.

2.- Anotar la fecha de ultima regla.
Bueno. Esto como siempre. Vas al médico a una revisión general y te preguntan la fecha de la última regla. Vas al médico por un resfriado, fecha de la última regla. A sacarte sangre, fecha de la última regla. Oiga, verá es que me ha salido un orzuelo, fecha de la última regla. Perdone ¿quién da la vez? Fecha de la última regla.
A los hombres esto os resulta desconocido, pero para nosotras, fecha de la última regla.
Y por supuesto a nosotras siempre nos pilla desprevenidas, porque te lo preguntan a traición, cuando menos te lo esperas. Por lo que siempre tenemos que contestar: -¿Tienes un calendario? O jugárnosla a doble o nada: -Mmmm... hace... dos semanas... más o menos... mmmm...

3.- Estar fuera del periodo menstrual o haber pasado 5 días desde la úlima menstruación.
¿De verdad tienen que avisar a las parroquianas de que si están con el periodo es casi mejor que no vayan a hacerse la citología, que ya si eso, casi mejor otro día más... menos fino y seguro? ¿Eso no cae por su propio peso? ¿En serio???
Y lo de que hayan pasado 5 días desde la última regla... Si cuando pedí la cita a primeros de marzo y me la dieron para el 20 de abril tendría que haberle dicho a la de recepción -Si, pero ¿tienes un calendario? Ay pues no. No puedo porque ese día solo hace 4 de mi última regla. A ver dos días después qué tienes. -En mayo ¿el 17? -Mmmm no, que no estoy. -Pues el resto del mes es que lo tenemos lleno ya ¿Junio? ¿El 25? -Uff, lunes, muy mal. Yo es que los lunes me levanto con muy mal coño. Julio, vacaciones. -Agosto, vacaciones de la matrona -¿Septiembre? -No que es mi cumple. -Octubre, si no ya no me salen más fechas en el ordenador y tendrás que esperar a septiembre para pedir para enero. Octubre está bien ¿el 14? Si, perfecto. El 14 de octubre según las cuentas de la NASA habrán pasado 4 días desde mi última regla, así que perfecto. No creo que por un día pase nada. En fin. Qué bien haberlo cuadrado.

4.- No mantener relaciones sexuales 48 horas antes de la prueba.
¿Y me lo dices ahora???
Mira, pues esta sería una buena excusa. -Cariño ¿te apetece fiesta? -No. Que pasó mañana tengo una citología.

Y ahora vienen las tres mejores.

5.- No realizar duchas vaginales 48 horas antes de la prueba. Si se puede dar una ducha general.
¿...? ¿Duchas vaginales? ¿Perdona?
No sé las demás qué harán con la espoja, ni quiero saberlo, pero yo de toda la vida pensaba que eso solo se lavaba de puertas para fuera. No sé si me entendeis. Y ahora resulta que también se lava de puertas para dentro ¿Cómo? Y además es ducha, "duchas vaginales". Eh... Paso palabra.

6.- No usar tampones, geles anticonceptivos, cremas vaginales y óvulos ni realizar exploración ginecológica 48 horas antes del exámen.
Vamos por partes, que me va a dar un sofoco.
No usar tampones ¿Pero no hemos dicho ya que a la citología vamos cuando no estemos con el periodo? Entonces, si no estamos con el periódo ¿por qué querríamos usar tampones? ¿O es que las hay muy viciosas por ahí?
¿Geles anticonceptivos? Ahora los padres en lugar de contarte la historia de que fuiste un accidente porque se rompió el condón, te contarán la del día que decidieron usar un gel anticonceptivo y nueve meses más tarde naciste tu.
Lo de las cremas vaginales está ya muy dicho, así que me lo saltaré. Porque todos hemos visto el anuncio de Chily, donde la realidad ha superado la ficción y se la ha merendado.
¿Óvulos? Prohibido usar óvulos 48 horas antes de una citología. -¡Vamos, cabrones! ¡Ya lo habeis oído!¡Salid de mi interior con viento fresco! ¿Óvulos?
En cuanto a lo de no poder realizarnos nosotras mismas una exploración ginecológica en los dos días previos... No sé, no sé si aguantaré, eh. De todas formas, eso en las películas porno se llama de otra forma.

7.- Para evitar molestias, vaciar la vejiga y el intestino antes de ir a la prueba.
Eh... Esto... Por donde empiezo... Eh... Vale. Me acaban de dejar sin palabras suficientes.

8.- No es necesario estar en ayunas.
Menos mal. Porque la tengo a las 14.30 y con el sofoco que me estaba entrando.
No es necesario estar en ayunas, siempre y cuando lo que ingieras permanezca en tu interior hasta haber terminado con la prueba. Para esto, tal vez te sirva de ayuda el punto nº 7.

Gracias. Pasad buen finde. Y que no os metan un hierro frío por el....

Reflexiones: Memoria selectivamente negativa

¿Por qué solo nos acordamos de lo malo?

Nunca recuerdas la cantidad de veces que has llegado tarde al autobús pero al final por algún motivo afortunado ha estado ahí y te ha dado tiempo a cogerlo. Y sin embargo, si recuerdas con rabia las ocasiones en las que, debido a una circunstancia fatídica, lo has perdido y has tenido que fastidiarte y esperar al siguiente.
Nunca reparamos en la suerte que tenemos con algo, pero si nos lamentamos siempre de la mala suerte que hemos tenido en algún momento.

No digo que todo el mundo reaccione de la misma forma negativa. Pero si es verdad que, si pasado un tiempo, echas la vista atrás, siempre serás capaz de acordarte de las cosas malas, incluso de saber dónde estabas, qué ropa llevabas y hasta lo que habías tomado para desayunar aquella mañana. Sin embargo, las cosas buenas se nos olvidan demasiado pronto.
¿Por qué? ¿Es el ser humano solo negativamente empírico por naturaleza?

Yo, por ejemplo, apenas recuerdo ya la suerte que he tenido comprando una entrada difícil de conseguir para algún concierto. No recuerdo casi las veces que habré podido conseguir primera fila y disfrutar enormemente con algún grupo, o las grandes reuniones que he podido presenciar.
No me despierto por la mañana días después y voy contenta a trabajar porque ¡joder! ¡yo estuve ahí, tío! Pero sin embargo si me amarga la vida a temporadas el recuerdo de cuando no he conseguido tener esa suerte.

Siempre recuerdo que no pude ver a Neil Young. Es algo que nunca consigo quitarme de la cabeza. Recuerdo a la gente que se ha ido y no he podido ver. Recuerdo todas las veces que no he estado y todo lo que me he perdido.
Y desde ayer siempre recordaré este sentimiento feo de no haber podido ver a Daniel Johnston porque las entradas se acabaron a falta de cuatro personas para llegar a mi.

Es una sensación amarga que se irá enmascarando según vayan pasando los días y me dejará seguir llevando mi vida, pero que ya nunca se alejará de mi, para ir resurgiendo de vez en cuando con este pésimo recuerdo.

Las frustraciones siempre pesarán más en el alma que las cosas conseguidas.

jueves, 5 de abril de 2012

ANTIKARAOKE MADRID 4 ABRIL


El antikaraoke Madrid 4 de abril estuvo bien. Poca gente, muchos nuevos, poco rockero esta vez. Se ha notado el puente.
Nosotros lo pasamos bien. Puede que el cubo de 30 San Miguel de la cena nos ayudase a tener una perspectiva un poco más alegre.
Nuestra canción, Die, die, die, my darling -versión Metallica-, bien. Mi garganta resentida. Tengo que gritar mucho para que se me pueda escuchar un poco por encima del Poison y no lo consigo.
Esta vez un tío con un par de huevos cantó Rockin' in the free world -del dios de la música- y mis gafas de sol salieron volado de la emoción en un meneo de cabeza. Menos mal que una chica que había por allí las vió y las recuperó.
Después, como siempre, sonó Bohemian Rhapsody, y hala, todos al escenario.
Al bajar, estaban los escalones resbaladizos por el alcohol, me escurrí, me caí, me clavé el pico de la escalera y hoy tengo la espalda resentida. Pero valió la pena.
Fue una caída a cámara lenta con estilo, con la mano al hombro sujetando el bolso cuando igual me habría hecho más falta echarla hacia el suelo, pero bueno. Las caídas es lo que tienen, que son rápidas e inesperadas. No se pueden planear.
Y nada. Ahora tenemos un mes por delante para pensar en la siguiente. Esta vez, que ya iremos más sobrados, con numerito incluido
Para la ocasión elegiremos un himno del punk, por supuesto. Ya hablaremos.