viernes, 3 de febrero de 2012

3 AÑOS SIN LUX INTERIOR

Mañana hace ¿tres años ya?
Estaba en el trabajo y sonó mi móvil. Me llamaban para darme la trágica noticia. Fue un auténtico shock. Totalmente inesperado.
Mi primera reacción fue preguntar ¿Cuántos años tenía? Si no era tan viejo. Porque parece que en estos tiempos tranquilos nos hemos acostumbrado a que la gente tenga que morir con cien años, cuando realmente muere gente joven todos los días. Pero cuando una muerte -sin accidente- es tan repentina, es lo primero que se suele preguntar.

62 años me dijeron ¿62??? Pensaba que eran menos. Estaba tan bien cuando le vi, no hace tantos años, en el Azkena que la verdad nunca me planteé que los Cramps pudiesen estar ya tan cerca de la sesentena.
¿De qué ha muerto? Fue mi siguiente pregunta. Un problema cardíaco. En ese maravilloso corazón ¡Pero si yo ni siquiera sabía que estuviese enfermo!
Entonces pensé en el mundo de excesos del R'n'R, aunque creía que ellos nunca fueron de esos.
En definitiva, nada me cuadraba.

Finalmente mi cabeza dejó de asociar ideas a lo loco buscando una explicación, un sentido a todo esto, y pasé a asumir la triste realidad. Lux Interior se había ido para siempre, simplemente porque llegó su hora, y a los demás ya solo nos quedaba entenderlo y seguir el resto de nuestras vidas con su recuerdo.
Busqué refugio un momento, donde no pudiesen verme, y lloré.

Soy consciente de que mucha gente, bueno, la mayoría, no entenderá como puedo sentir tanto afecto por un personaje al que nunca conocí. Yo tampoco lo entiendo. Pero hay veces que no es necesario conocer directamente a alguien para sentir un vínculo con esa persona. Basta con sentir que podríais tener gustos parecidos, que te encante su obra o la forma en la que se muestra al mundo, para conectar.
Porque muchos pueden ser los llamados, pero realmente pocos los elegidos :)
A lo largo de los años podré llegar a escuchar mucha música, muchos grupos que me gusten, pero son pocos los que me emocionan y me llenan de verdad.
Para mí, uno de esos pocos elegidos fueron los Cramps.

Me cautivaron desde el primer momento que supe de su existencia. Especialmente Lux, al que siempre vi como alguien tan loco, tan divertido, tan lleno de energía y tan auténtico, que no se si definirlo como una gran persona o como una gran personalidad. Un freak de los auténticos, de los de toda la vida. Todas las poses reales, ni una fingida.

Después de intentar buscarle la explicación a esta cruel broma de la muerte, después de asumirlo, de pensar en Lux, en un mundo sin Lux, en mi mundo sin los Cramps, de repente recordé a Poison Ivy, y me llegó la segunda oleada de tristeza. La amargura era ya completa.
Pensé en como ellos se habían convertido para nosotros en la pareja perfecta, nuestro modelo a seguir. Lo sentí tanto por ella. Solo deseaba que estuviese bien.

Mi cabeza, que seguía trabajando y relacionando ideas para perturbarme más, me hizo recordar a Johnny Cash. Enfermo durante años, aguantando de aquella manera, pero fue morirse su esposa y solo duró dos meses.
Entonces le dije a mi cabeza que parase y no siguiera por ahí o ibamos a acabar mal. Pues era mejor quedarse con lo bueno que te aporta conocer estas historias de amor. Que te iluminan y te dan esperanza.
Para mí los Cramps, más allá de la música, eran esto. Una maravillosa historia y un modelo a seguir.

No puedo llegar a saber hasta qué punto todo este mundo idílico suyo era verdad o no. Todo el mundo tiene sus problemas, al fin y al cabo. Pero lo que si es real son los ojos con los que Lux Interior miraba a Poison Ivy después de tantos años juntos. Eso está ahí, en los videos, en las fotos, en las entrevistas, en los reportajes.
Y justo fue en un reportaje donde les entrevistaban en su casa donde leí esto mismo hace unos diez años. Desde entonces empecé a fijarme en ello y ahí estaba. La prueba que buscaba para creerlo.

Por todo esto, todavía ahora cuando me acuerdo de que está muerto todo me parece tan triste.
Más allá del sentimiento de fan egoísta que te hace pensar que no puedes volver a verles en concierto y que no habrá más canciones nuevas, pienso en todo esto.
Siempre nos quedará su música, las imágenes, los recuerdos, pero nunca volverá a haber una felicidad completa, porque la luz que nos iluminaba se apagó un horrible 4 de febrero.

Creo que por fin, después de todo este tiempo he podido soltarlo.
Algunos pensareis que exagero. Me da igual.
Pero si habéis conseguido llegar hasta aquí, gracias por leerlo.

Mañana escucharé su primer disco, Songs the Lord Taught Us, mi favorito. Os lo recomiendo. Es una gran recomendación. Escuchadlo. Espero que con ello vuestro mundo tampoco vuelva a ser el mismo.

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