martes, 11 de diciembre de 2012

Rufus Party vs Adams Sensations



 Entre el telonero de lujo Adam Cohen, digno heredero de los talentos de su padre, y el excéntrico cabeza de cartel Rufus Wainwright, al que no le importa nada acabar siempre alardeando de su plumón de primera calidad, se creó un ambiente entre famliar y excepcional que nos hizo disfrutar al máximo.
 Tanto nos gustó, que salimos de la Riviera rememorando a qué conciertos habíamos ido en el año porque éste era gran candidato para convertirse en el mejor de 2012.
 Con Rufus siempre hay que tener en cuenta el factor sorpresa. Sabes como empieza pero nunca sabes como va a terminar. Para muestra un botón:

El dios Apolo y su bacanal -Fotos cedidas por Poisonthebest-.
 
 Eso, junto con su música de calidad, hace que se meta a la audiencia en el bolsillo con tan solo un chasquear de dedos.
 Es indudable que con este señor se acierta siempre. Buenas canciones, mucho talento y un toque festivo ideal.
 
 A todo esto hay que añadir la sorpresa de llevar de telonero a Adam Cohen, quien poco a poco, y con calma –porque se está tomando su carrera musical con tranquilidad-, nos va demostrando que tiene bastante más talento y encanto personal que solo un apellido.
 Sus canciones son buenas y él tiene el magnetismo justo. No puede ser más agradable. Además de ser un gran showman, demostrándolo con sus gracias, contadas en español para nuestro deleite, entre canción y canción.
 Así nos puso al tanto de su estrecha relación con Rufus, unidos por un vínculo de sangre, y nos comentó que él era hijo de un personaje muy famoso de Montreal, de ¡Celine Dion! –Siempre está con coñas sobre esto-.
 El hombre tiene muchos talentos y no entiendo por qué no se ha prodigado más por aquí. Esperemos que vuelva pronto.

 Por otro lado, está la comparación con su padre que es inevitable. Pero a mi me resultaron más curiosos sus parecidos en las pequeñas cosas, como esa manía que tienen los Cohen de presentar a TODO el grupo. Presentan hasta al apuntador, después de los músicos, ingenieros de sonido, ingenieros de luces, etc… Se ve que le han enseñado bien desde pequeño.
 Además está su gran parecido físico. Es como el Leonard de los 70’. Lo que se hacía un poco raro a veces al mirarle a los ojos.

 En resumen, si lo que vimos de Rufus y Adam la otra noche es el “estilo canadiense”, yo me apunto ya para siempre.
 De hecho, Rufus Wainwright volverá en Julio para un concierto en el Teatro Real con orquesta y estoy pensando en prostituirme para coger una buena localidad.

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