domingo, 2 de diciembre de 2012

Navidad de contrastes

 Este año, más que unas navidades blancas, a una gran mayoría de gente les espera unas navidades sin blanca. Y yo me pregunto si es ético que el resto de nosotros pasemos estas fechas mirando hacia otro lado, viviendo la frivolidad de la época navideña y fingiendo que aquí no pasa nada.
 El otro día, paseando por el centro de Madrid, me encontré de bruces con la mejor estampa para resumir en sólo dos imágenes la situación en la que nos encontramos. Esto estaba pasando en la misma calle de la misma ciudad, a tan solo unos metros de distancia:


 Estos dos reflejos de las dos vidas paralelas que lleva este país y que llevará por mucho tiempo.
 Cuando me di cuenta de las dos escenas en su conjunto fue como recibir un golpe de realidad. En esto nos hemos convertido.

 Peor fue cuando, al acercarme al espectáculo de Cortilandia, me fijé en una figura que parecía estar lanzándome un mensaje. Me indicaba que nos despidiéramos de todo lo que fuimos o podríamos haber sido, porque nuestros sueños e ilusiones, nuestra posibilidad de haber tenido una vida estable y haber crecido aquí, nos las están tirando a la basura poco a poco: -Adiós, despedíos de ese famoso llamado "estado del bienestar", del bien común, porque nos deshacemos de él por vosotros.


 No sé de qué demonios irá la canción de Cortilandia este año, con ese circo que tenían montado imposible de descifrar, pero no me digáis que este monigote no tiene guasa con lo que os acabo de comentar.
 Igual vosotros lo veis y os expresa otra idea, pero cuando yo me fijé en él, ese fue el mensaje que me vino a la cabeza. Adiós juventud, adiós posibilidades, adiós ideas, adiós vida plena.

 Intentaré alegrar la fiesta en las próximas entradas, pero de momento esto es lo que hay.

¡Felices Fiestas!


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