lunes, 12 de noviembre de 2012

Gaslight Anthem. Soberbios en el infierno.

 Curso básico de Lengua: Lección 1. ¿Cómo se denomina a un promotor que agota las entradas del concierto para un recinto ridículo y no se le ocurre cambiarlo de sala y vender más? Gilipollas.
¿Y quiénes tuvimos que sufrir las consecuencias? Los de siempre.

 La "sala" Cats no se yo si denominarla como sala. Es una discoteca con el tamaño perfecto para los pin y pon, si, pero no para personas.
Si solo hubiese sido las dimensiones espaciales tampoco sería muy reprochable, ya que en Madrid existen muchos locales así –o peores- que se meten a prestarse para conciertos. La cuestión es que en este caso hay más, mucho más. Tanto como para no volver a poner mis pies en ese antro. Ya puede venir quien venga que a mi allí ya me han visto.

 El principal problema fueron unos pilares a ambos lados de la pista que te cancelaban la visión del escenario a nada que te fueses un poco del centro hacia los lados, dejando la visibilidad menguada a la mitad del número oficial de aforo.
 Todo esto sin contar con que la "sala" es alargada y el escenario estaba más bien bajo. Entre otras cosas porque un escenario más alto no hubiese permitido a un humano de tamaño medio subirse encima sin darse con el techo.

 A todo esto se sumó el infierno de que el recinto estaba reventado de gente, las entradas se habían agotado y los que habíamos conseguido una a tiempo luchábamos por ver algo más que la boina de uno de ellos. Con ese propósito, matábamos por estar desde el ángulo muerto de los pilares hacia el centro.
 Lo suyo habría sido cambiarlo de sala y haber seguido haciendo caja, pero parece ser que alguien no se ando muy listo con eso.
 Para colmo, por si éramos pocos, el viernes por la noche debieron dar día de descanso a todos los jugadores universitarios de baloncesto de Madrid y para allá que se fueron.
 Hubo un momento en el que nos sentimos como setas al cobijo de un árbol.


 Pero lo más preocupante fue sin duda la puerta de acceso a la sala.
 Al acabar el concierto, el desalojo fue bastante agobiante porque las puertas de este sitio, al no ser un recinto para conciertos ni espectáculos con afluencia de público, sino una discoteca de mierda, no estaban diseñadas para que todo el mundo quisiera largarse de allí a la vez.

 En estos días que se está hablando tanto de las medidas de seguridad en los acontecimientos masivos de este tipo, a consecuencia de la tragedia del Arena, me gustaría que se hablara un poco de los acontecimientos “menos masivos” de este tipo también, porque hay mucho de lo que hablar al respecto.
 Para empezar, los que deberían encargarse de esas famosas "inspecciones", junto con los que se encargan de dar esas "licencias para todo" deberían darse un paseo real por muchos de los sitios a los que vamos nosotros a ver un concierto, en teoría menos multitudinario, pero igual de concurrido en ocasiones.
 Porque en este tipo de conciertos, si algún día pasara algo, las salas serían auténticas trampas mortales.
 Nunca hay personal de seguridad. Son pocas en las que lo hay, y cuando están, son del todo insuficientes. Sin contar con que jamás en mi vida he visto en ningún acto de éstos ningún tipo de ambulancia o asistencia sanitaria preparada por lo que pueda pasar, cuando se supone que deberían estar ahí ¿no?
 Pero es mejor no pensarlo. Si no, no volveríamos a ningún concierto y eso tampoco es vida.

 Lo que más me fastidió es que Gaslight Anthem dieron un conciertazo sublime pero yo solo les ví a ratos. El resto del tiempo veía cabezas, o veía entre medias de ellas.
 Estos chicos están a punto de petarlo a lo grande como le ha ocurrido antes a otros grupos que de repente han pegado el gran salto. Se me ocurre como ejemplo la historia de The Black Keys quienes, después de una carrera, se han ganado a la masa con sus dos últimos discos. Y cuando ya solo toquen en grandes recintos o en macro festivales de verano, podremos decir por una vez que los vimos en su momento, en una sala de mierda.
 Bueno, podremos decir que los vimos ahí, aunque solo les viésemos a ratos.

 Estoy segura de esto más que nada porque el público de la otra noche era de una variedad cantosa, gente de lo más distinta. Era un público de festival. Había de todo. Y si al final tú le gustas a todos y tu música es fácil de escuchar -de lo más pegadiza-, lo lógico es que en algún momento pegues el salto definitivo.

 A quien no le parezca, puede irse escuchando 59'Sounds, para mí su disco más redondo. Pero a mi ya me han convencido.
 Hice una predicción el viernes por la noche tras disfrutar de ese gran show que dieron. Aquí la dejo para ver si se cumple. Les veo el verano próximo en el cartel de algún festival importante como Benicassim por ejemplo, y la próxima vez que visiten Madrid, en el Palacio de los deportes.
 Si tienen la radio fórmula perfecta ¿cómo no les va a pasar?

4 comentarios:

  1. Buff, una vez tocamos allí y fue un infierno en todos los sentidos. Desde la infraestructura, hasta el personal que curraba allí(uno un personaje, el otro no sabía, etc.) todo horrible. Y lo más fue cuando no esperaron a que termináranos de desmontar y abrieron la sala y aquello se colapsó en 15 minutos. No veas que gracia sacar los amplis y batería entre senejante maraña humana. Y encima tocamos como el culo... :(

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  2. Primero de todo ¿tocais en una sala, una sala de mierda pero grande, y luego avisas a la gente para que vayamos a veros a un bar donde no se podía entrar? Mal. Muy mal.
    No puedo imaginarme tener que sacar el equipo entre medias de toda la masa de jóvenes bailando al unísono con esa música espeluznante, idolatrando al mirrorball -no de Young sino del techo-, cruzando la pista ¿hasta la puerta delantera? Delirante. Menuda gentuza los de la sala. Estoy flipando aún más.

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  3. Lo sacamos (batería, amplis, etc.) por la pueta trasera y había que atravesar la cola del ropero y los baños. La peña se quedaba quieta mirándote con cara de flipaos y no se movían. Salimos a empujones, surrealista. Esa puerta da a un pasillo que desemboca en la puerta de energencia, pero te tienen que abrir los seguratas. Todo mú raruno.

    Mujer, que ese concert fue con el otro grupo... pero si,no avisé! :) Y este último se nos escapó de las manos, lo reconozco. Casi muero de una lipotimia. Por cierto, cuando os ví al principio me se ocurrió haceros un guiño en un tema, pero cuando llegó no nos volví a ver. Una pena... :(

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  4. Vaya situación más Spinal Tap. Lo de la recogida de instrumentos, digo.

    La próxima vez será : )

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