martes, 9 de agosto de 2011

El maestro Antonio López


Si este artista fuera un superhéroe seguramente sería conocido como Nervios de Acero, y sus poderes consistirían en poner a los malos a posar por los siglos de los siglos. Porque lo de este hiperartista, hiperrealista, hipermanchego -cuando Madrid aún era La Mancha-, es sobrenatural. Yo de mayor quiero ser como él, pero creo que me falta un poco de todo lo que hace falta, como constancia, talento, serenidad, visión, sensibilidad o tiempo.

Contemplar un cuadro de “vistas” de Antonio López es como mirar por una ventana hacia otro mundo, que parece el nuestro pero que es mucho más. Dentro de ese hiperrealismo, de ese detallismo extremo, se nos está ofreciendo el artista y su manera.

Y los cuadros que no son vistas de Madrid, que son interiores, objetos, o los dibujos del membrillero, esa forma que tiene de convertir en arte del bueno hasta lo más sencillo.

¿Pero cómo se puede pintar así y no morir de un ataque de ansiedad?

Lo que tiene Antonio López es un don que roza con la enfermedad. De hecho, alguna vez deja obras sin acabar por ahí para volver a retomarlas de nuevo años después, y creo que es porque en ocasiones debe agobiarse un poco en el intento de realizar estas joyas del detalle.

Por otro lado, es un artista obsesivo, pintando una obra siempre en los mismos días, de la misma época del año, a la misma hora, porque la luz ha de ser la misma sin variación ninguna. Por lo que acabar una obra puede llevarle años, pero no le importa, no tiene prisa, las cosas han de hacerse bien, tal y como él las concibe. De otra forma no sería auténtico, no sería honesto. Siendo su propia vida, el tiempo que pasa, una total entrega a su arte.

Muchos pudieron contemplarle así el verano pasado en la Puerta del Sol.

Con su forma de pintar debe tener dedicación absoluta y unos nervios de acero para llevarlo con la calma y con la maestría que él lo ha manejado. Cualquier otro se ahogaría en el lienzo en blanco si tuviese que pintar como él sin su aguante mental.

Pero aparte del hiperrealismo con el que todos le denominan, hay que darse cuenta del sentimiento que emanan sus pinturas. La obra de Antonio López es mucho más que lo que se ve con los ojos. Se experimentan sensaciones que es mejor ir a comprobar por uno mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario