sábado, 19 de junio de 2010

Declaración de intenciones



Bueno. Siempre resulta difícil comenzar una de estas historias. No todos tenemos esa capacidad de poder captar y absorber al lector desde la primera frase del relato.

Una cualidad extraordinaria en Gabriel García Márquez, por ejemplo, quien nos introducía en el mundo de Macondo y de la familia Buendía con tan solo esas primeras palabras de la obra, que por siempre recordaremos.

De la misma forma que los primeros minutos del metraje de películas como Ciudadano o Casino, que nos dejaron boquiabiertos con nuestros culos bien aposentados en el sofá, y con ese ansia de querer ver más, de disfrutarlo, mientras fluían como música celestial las escenas frente a nuestros ojos, sin terminar de dar crédito con lo que estaba pasando.

Eso fue lo que experimenté la primera vez que vi Goodfellas (peliculón!!!), y es un momento que recordaré siempre, al igual que la sensación que me dejó al acabar, mientras caían los créditos.

Por cierto, recordadme que os cuente más tarde mi reflexión sobre el momento de caída de créditos y lo que significa para mí en el cine.

Pero ahora voy a lo que me ocupa en este momento, que es intentar picar un poco la curiosidad del que haya tenido el coraje de seguir leyendo hasta aquí.

Y es que el cine es el mayor invento de la humanidad. Nada evade más que sentarse a ver una película. Ni siquiera la música.

Porque durante dos horas de tu vida tú no eres tú sino el protagonista de esa historia y piensas lo que él piensa, sientes lo que él siente, y pasa el tiempo sin percibirlo. Porque entre la pantalla y tú se establece una conexión que os deja aislados del resto del mundo por esas dos horas.

Yo no aspiro ni espero que este blog sea capaz de aislaros de lo más mínimo. Pero si espero entretener a ratos y poder contaros cosas de vez en cuando que no sepáis y que se os queden dentro como se me quedaron a mí.

Eso sí, esto no es un blog de cine. Que no se asuste nadie que no soy ni una friki ni una pedantita del 7º arte -bueno, a veces sí : )-.

No. Solo me dedicaré a escribir lo que se me pase por la cabeza, de cine, música, arte, o mis anécdotas graciosas del día a día que ya no tengo a quien contar, porque tengo a los que me rodean más que hartos ya.

Pero siento que tengo mucho que contar y que compartir todavía. Solo espero que sea leído alguna vez.


Igual sería más fácil divertir a quien se meta aquí colgando videos de caídas, hostias variadas, o un poco de sexo e idioma soez, pero no es mi estilo. Aunque no descarto para nada hablar de porno -un mundo que me llama bastante la atención-. Pero eso tendréis que irlo descubriendo...



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